Normalmente, lo hace un terapeuta ocupacional, ya que está formado en integración sensorial. A veces, los kinesiológos también pueden hacerlo, pero generalmente son los terapeutas ocupacionales quienes tienen la certificación.
Sí, por supuesto. Cuando se trabaja con personas autistas, no solo los terapeutas ocupacionales detectan dificultades sensoriales. Educadores, psicólogos, logopedas… todos desempeñan un papel en la identificación de estos desafíos y en la derivación a especialistas cuando es necesario.
El procesamiento sensorial afecta muchas áreas de la vida: comunicación, aprendizaje, rutinas diarias. Contar con un equipo permite tener una visión más completa y un mejor apoyo.
La evaluación suele dar lugar a estrategias: terapia, pequeños cambios en el entorno o ajustes en la rutina que ayudan a satisfacer las necesidades sensoriales y mejorar el bienestar y la participación.
Si crees que alguien podría beneficiarse de una evaluación sensorial, contactar con un terapeuta ocupacional u otro profesional de confianza es un buen primer paso.