Un terapeuta sensorial trabaja con personas que tienen dificultades en el procesamiento sensorial, ayudándolas a mejorar su regulación emocional, desarrollo motor y adaptación al entorno.
La terapia sensorial utiliza estímulos como sonidos, texturas y movimientos para ayudar al cerebro a organizar e interpretar la información sensorial de manera adecuada. Esto puede ser clave para quienes tienen trastornos del procesamiento sensorial o autismo.
Se utiliza en niños con dificultades motoras, de atención o comportamiento, así como en adultos con problemas de integración sensorial. Puede ayudar a:
Los terapeutas sensoriales trabajan en distintos entornos, como:
Si alguien tiene dificultades con la regulación sensorial, consultar a un terapeuta sensorial puede ser un buen primer paso.